¿Cómo se calcula la antigüedad laboral y cuándo se pierde?

La antigüedad laboral es un concepto de gran enjundia en el mundo del trabajo. Por eso, tanto a los empresarios como a los empleados les conviene saber cómo se calcula la antigüedad laboral y qué circunstancias suponen su interrupción. A continuación, le contamos las claves del cálculo de la trayectoria laboral de los trabajadores. Preste atención.

¿Por qué es relevante la antigüedad laboral?

En primer lugar, ha de tener en cuenta que calcularla resulta importante por el hecho de que, en el ámbito laboral, esta antigüedad confiere derechos. Le informamos de que, en función de lo que figure en el convenio correspondiente del sector (esta cuestión no aparece en el Estatuto de los Trabajadores), existen empleos en los que determinadas antigüedades van a comportar un plus en materia de sueldo.

También hemos de señalar que hay trabajos en los que la antigüedad se considera un valor añadido a la hora de promocionar o acceder a mejoras en el salario. No es un asunto regulado por ley, pero sí tiene cierta incidencia, ya que contar con un empleado experimentado conlleva un incremento de la confianza en la plantilla y el ahorro de la inversión que supondría formar a un nuevo trabajador.

De todas maneras, es en las reclamaciones de la indemnización por despido, sea este procedente o improcedente, cuando la antigüedad alcanza sus mayores cotas de relevancia. No olvide que esta indemnización, computada en días de sueldo por año trabajado, va a depender de los años que un empleado lleva en la empresa.

¿Cómo se efectúa el cálculo de la antigüedad laboral y qué hechos la interrumpen?

La unidad de medida de esta antigüedad es la relación laboral que se haya formalizado entre el empresario y el trabajador a través del instrumento del contrato. Todos los contratos pasan a contabilizar a estos efectos, salvo los relacionados con las prácticas de becarios, pasantes, etc.

En este aspecto, ha de recordar que se van a sumar las duraciones de los contratos temporales consecutivos. Ya sabe que no era extraño que, antes de la anterior reforma laboral, algunos trabajadores encadenaran varias de estas modalidades contractuales seguidas.

Por otro lado, ni la subrogación de una empresa por parte de otra firma ni el cambio de ubicación geográfica, dentro de una misma organización, del empleado interrumpen su relación laboral con la empresa matriz. Asimismo, las bajas paternales o maternales o por incapacidad temporal tampoco van a implicar que se pierda la antigüedad.

Sin embargo, la antigüedad puede perderse no solo por la finalización de un contrato. También puede concluir por transcurrir un tiempo determinado entre dos contratos temporales. El Tribunal Supremo, según la casuística, pondera cuándo esto sucede. Entre contratos temporales, ocurriría si mediara más de un mes entre ellos. Pero, cuando estos se dan en el marco de una sucesión contractual más larga, los plazos contemplados por la jurisprudencia aumentan, como señalan la sentencia de 8 de noviembre de 2016.

En definitiva, la antigüedad laboral es un concepto que empresarios y trabajadores no deben descuidar a la hora de defender sus intereses. Si necesita más información, ¡contacte con nosotros!