¿Qué es un concurso de acreedores y para qué sirve?

Es posible que, como consecuencia de la crisis del Covid-19, algunas empresas no puedan afrontar sus obligaciones de pago. Aquí se explica qué es un concurso de acreedores y su funcionalidad.

Qué es un concurso de acreedores y su funcionalidad práctica

El concurso de acreedores sustituye a la que, en tiempos pasados, era la quiebra. Esta fórmula supone, en la práctica, que la empresa no puede afrontar sus obligaciones de pago con los acreedores, ya sean entidades financieras o proveedores.

Esta es una realidad que se está dando con el Covid-19, a pesar de la agilización de los ERTE. Muchas compañías, por falta de flujos de tesorería, no pueden afrontar sus obligaciones de pago. Por lo tanto, no está de más conocer qué pueden hacer las empresas en esta situación. No en vano, el margen de maniobra se reducirá y las consecuencias pueden ser de varios tipos. Este supuesto está regulado por la Ley Concursal 22/2003, de 9 de julio.

Eso sí, hay que señalar que, como principio general, la solicitud de concurso de acreedores se realiza con voluntad de permanencia. La liquidación es una de las posibilidades, pero no la principal. Para que se dé el concurso, han de cumplirse los siguientes requisitos:

1. Reconocimiento de insolvencia

Esta es la primera condición para que se pueda iniciar cualquier concurso de acreedores. El empresario ha de reconocer la incapacidad de afrontar sus pagos ante los acreedores. Este reconocimiento se tiene que realizar mediante solicitud ante el correspondiente juzgado de lo Mercantil.  Hay que señalar que el reconocimiento obliga a realizar la solicitud de concurso de acreedores.

Ahora bien, aunque la solicitud es a petición de parte, no solo la puede realizar la empresa. Los acreedores, si ven peligrar el cobro, también pueden dirigirse al juzgado para solicitarlo. Este segundo supuesto solo suele pasar, por regla general, en empresas de un cierto nivel de facturación y cuando hay mucho dinero en juego.

Ahora bien, hay que indicar que esta insolvencia puede no implicar la obligación de presentar concurso de acreedores en determinados casos. Por ejemplo, y mientras dure el Estado de Alarma declarado el 14 de marzo, las empresas están exentas. Por otra parte, los juzgados no admitirán a trámite solicitudes hasta pasados dos meses de la finalización.

2. Fase común

Una vez que se inicia formalmente el proceso y se admite a trámite, se limita la capacidad de maniobra de la empresa.

La compañía no se va a poder deshacer de sus activos sin una autorización previa y eso se hace para proteger su patrimonio. El juzgado nombrará un administrador concursal que se encargará de supervisar los movimientos de la empresa. Este tiene un plazo de dos meses para hacer inventario, comprobar las distintas opciones y elevar una recomendación.

Hay que recordar que, como principio general, se busca garantizar los derechos de los acreedores, pero también facilitar la viabilidad de la empresa. Este es el motivo por el que el proceso no tiene una duración predeterminada. Dependerá del diagnóstico que se haga y de las posibilidades de sostener la actividad.

3. Resolución definitiva

La resolución definitiva es de obligado cumplimiento y tiene dos posibilidades, el convenio y la liquidación. El convenio de acreedores es un acuerdo entre empresa y deudores para pagar la deuda y puede suponer una quita parcial o una demora en los plazos de pago pactados. La liquidación, por otra parte, supone la extinción de la actividad empresarial y la venta del patrimonio para cubrir la parte de las deudas que sea posible.

Como principio general, se buscará llegar a un convenio por varias razones. En primer lugar, porque los acreedores pueden cobrar antes y una mayor cantidad. Por otra parte, porque se puede facilitar la actividad de la empresa. Finalmente, porque se mantiene una parte o la totalidad de la plantilla, según el caso.

Preguntas frecuentes sobre el concurso de acreedores (FAQS)

Hay algunas dudas frecuentes acerca de los concursos de acreedores que conviene aclarar. Son las siguientes:

¿Quién tiene prioridad ante un concurso de acreedores?

El orden de cobro en un concurso de acreedores es jerárquico y está establecido en tres niveles. En primer lugar, los créditos contra la masa, que son los pagos del último salario de los trabajadores, las indemnizaciones por despido y el pago del administrador concursal. El segundo nivel es el de créditos privilegiados, normalmente hipotecarios o pignorados. Finalmente, hay que hacer referencia a los créditos ordinarios y subordinados, desde proveedores a accionistas.

¿Cuánto tiempo puede durar un concurso de acreedores?

El concurso de acreedores puede durar un tiempo variable, desde unos pocos meses a años. Todo dependerá de la viabilidad de la empresa y del cumplimiento de las obligaciones de cada parte. Por lo tanto, no se puede ofrecer un plazo fijo para todos los casos. Además, hay que recordar que la negociación entre las partes también cumple un rol importante.

El denominado concurso exprés es una variable cuando no se ha entregado la documentación en tiempo y forma. Ahora bien, esto exige que el empresario carezca de activos. En este caso, los plazos se reducen exponencialmente y se agiliza el proceso.

¿Las decisiones de un concurso de acreedores son irreversibles?

Un concurso de acreedores es una solución concreta y puntual. Las decisiones que se toman por la administración concursal y la autoridad judicial son de obligado cumplimiento. Ahora bien, si se demuestra que ha habido una insolvencia falsa, los acreedores pueden reclamar posteriormente. La idea, pues, consiste en abrir un periodo de garantías para todos los actores implicados.

Conclusión

Responder a la pregunta de qué es un concurso de acreedores es fundamental para multitud de empresas. Ahora bien, para que el proceso sea exitoso, conviene contar con una buena asesoría.

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