El derecho de visitas es una potestad de la que disfruta aquel progenitor que no tiene atribuida la guarda y custodia de los menores y, a la vez, es algo que redunda en beneficio de los niños, ya que así pueden pasar un rato con el padre o la madre con la que ya no conviven. Sin embargo, no es extraño que haya problemas con respecto al régimen de visitas, surgiendo entonces la duda «¿qué puedo hacer si mi ex-pareja no me deja ver a mi hijo?»
Resolución extrajudicial
Lo primero que hay que hacer es intentar solucionar el problema sin acudir a los tribunales, pero contando siempre con un buen asesoramiento legal. Lo recomendable es que haya una reunión entre los progenitores y se intente alcanzar un acuerdo. Si este no fuera posible, o se vuelve a incumplir, entes habrá que tomar medidas de mayor entidad.
Otra alternativa antes de ir a los tribunales es poner la situación en conocimiento de la Policía. Si existe una sentencia o un convenio regulador que establece el régimen de visitas, los agentes pueden intentar mediar, advirtiendo a la parte contraria de que su negativa a que el otro progenitor vea a los hijos puede llegar a considerarse un delito de sustracción de menores del 225 bis del Código Penal.
Acudir a la vía judicial si mi ex-pareja no me deja ver a mi hijo
En los casos más graves, no queda más remedio que acudir a la vía judicial y presentar una demanda por incumplimiento de sentencia, solicitando la ejecución de la misma. Será el juez el que tenga la última palabra sobre el asunto, pudiendo acordar incluso que la recogida y entrega del menor se haga a partir de ese momento en un Punto de Encuentro.
Daños morales derivados de esta situación
Para un progenitor, no poder ver a sus hijos es una situación muy difícil de sobrellevar. Por eso, en estos casos es viable solicitar una indemnización por los daños morales que se han sufrido, tal y como prevé el artículo 1902 del Código Civil.
Es cierto que la valoración y acreditación de este tipo de daños resulta especialmente complicada, pero se puede lograr una resolución favorable al demandante si se puede demostrar que existe una relación causa-efecto entre la conducta del otro progenitor y los daños sufridos por quien no ha podido ver a sus hijos.
Aunque las separaciones o divorcios pueden llegar a ser muy complicados, lo aconsejable en estos casos es que ambos miembros de la ex pareja velen siempre por el interés de sus hijos. Entendiendo que la mejor forma de proteger a los niños es que estos se van lo menos afectados posible por la ruptura de sus padres. De ahí la importancia del diálogo y del cumplimiento de los pactos alcanzados, o de las medidas establecidas mediante sentencia.
Si no es posible una relación cordial, está claro que no es viable quedarme de brazos cruzados si mi ex-pareja no me deja ver a mi hijo. Hay que tomar medidas lo antes posible. ¿Necesita asesoramiento legal en esta materia? Tiene a nuestro equipo a su disposición.