Franquiciar tu empresa es una forma más de sacarle rentabilidad a un negocio, pero antes de embarcarse en esta aventura conviene asegurarse de que el modelo de éxito es replicable. Además, hay que sentar las bases de lo que será la relación entre la franquicia y sus franquiciados.
Estos son los cinco pasos básicos que hay que dar:
El de las franquicias es un mercado muy competido. Todo aquel emprendedor que desee entrar en él debe asegurarse de que hay espacio para un negocio como el que quiere ofrecer. Para tomar decisiones estratégicas conviene saber qué es lo que quiere el mercado y qué es lo que ofrece la competencia.
Esto implica ponerse al día en cuestiones como los royalties que se están pidiendo dentro del sector, el tipo de locales utilizados, etc.
El royalty es el precio que deberá pagar el interesado en tu franquicia para poder utilizar tu negocio, procedimiento, la marca o know how.
Además de conocer lo que hay en el entorno, el emprendedor debe asegurarse de que su negocio está realmente preparado para extenderse. ¿Sus productos o servicios pueden tener demanda más allá del ámbito geográfico en el que opera actualmente? ¿Tiene un sistema de trabajo que sea fácil de replicar?
Si se llega a la conclusión de que el negocio está preparado para convertirse en una franquicia, hay que pensar en qué partes del mismo van a controlarse desde la empresa matriz y qué partes podrán ser gestionadas con más libertad por los franquiciados.
El tercer paso consiste en plasmar por escrito el modelo que se va a franquiciar. Hay que hacer cálculos sobre cuánto dinero se debería exigir a los franquiciados y perfilar la relación que va a existir entre la empresa matriz y sus filiales.
En esta parte del proceso se vuelve imprescindible realizar un análisis económico detallado a fin de asegurar que el proyecto será rentable tanto para el propietario de la franquicia como para los franquiciados.
La documentación corporativa o manual de instrucciones de la franquicia es un conjunto de documentos confidenciales que contienen todo lo relativo a la operatividad del negocio. Esos elementos que son la base de su éxito (el know-how).
En ellos hay información sobre los proveedores con los que se trabaja, la forma en la que debe presentarse el producto o prestarse el servicio, cuestiones relacionadas con la gestión del negocio, etc.
Este documento es el más importante de todos los que guardan relación con la franquicia, puesto que en él se van a establecer los derechos y obligaciones de ambas partes. Cuanto mejor redactado esté, menos problemas surgirán durante la relación comercial.
Debido a su importancia, es más que recomendable que el contrato de franquicia sea elaborado por juristas expertos que conozcan bien todos los aspectos relacionados con este tipo de negocio.
Siguiendo estos cinco pasos para franquiciar tu empresa puedes hacer crecer tu negocio incluso a nivel internacional, y todo ello sin necesidad de invertir en la creación de nuevas sucursales, ya que serán tus franquiciados quienes lo hagan. ¿Necesitas ayuda para franquiciar tu negocio? Podemos ayudarte en todo lo que te haga falta. ¡Contacta con nosotros!
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