Vacaciones con divorcio: cómo no perjudicar a los hijos

Las vacaciones con divorcio de por medio pueden convertirse en un momento delicado tanto para los progenitores como para los menores. Ahora bien, si cada uno pone un poco de su parte, se puede lograr que la situación sea lo más llevadera posible y que los niños no sufran.

Un buen convenio regulador, la solución para las vacaciones con divorcio

En la mayoría de los casos, un acuerdo entre los padres, debidamente reflejado en el convenio regulador, es suficiente para que no surja el conflicto cuando llegue el momento de que los menores disfruten de sus vacaciones en compañía de su padre o madre.

Pero es habitual encontrarse convenios que son demasiado vagos a la hora de especificar cómo será el disfrute de los períodos vacacionales. 

A la hora de negociar, hay que tener en cuenta que todo lo dispuesto con respecto a los menores estará en vigor durante un tiempo (el que les quede a ellos hasta alcanzar la mayoría de edad). Por eso, es mejor actuar con precaución y conseguir un acuerdo que sea lo más detallado posible. Esto evitará posibles problemas, porque cada uno de los progenitores sabrá, de antemano, cuando tendrá a sus hijos consigo y cuando debe devolverlos.

Las vacaciones cuando no hay sentencia de divorcio

Puede ocurrir que una pareja esté pasando por un divorcio y comience el período vacacional antes de que se haya dictado una sentencia que regule los efectos de la disolución matrimonial o apruebe el convenio. Si es una separación amistosa, no hay nada que impida empezar a aplicar ya el acuerdo al que se ha llegado, aunque este todavía no haya sido aprobado por el juez.

El problema surge cuando es un divorcio contencioso. Incluso en este caso, lo mejor es que los adultos se comporten como tales e intenten alcanzar un acuerdo puntual con respecto al tema de las vacaciones.

El derecho de elección

En las vacaciones con divorcio, lo normal es que cada progenitor pueda escoger de forma alterna qué período desea pasar con los niños. Si no lo hace, perjudica tanto a su ex pareja como a sus hijos. 

Para que esto no sea un foco de conflicto, muchos convenios reguladores establecen qué, si quien debe elegir no lo hace, su turno pasa al otro progenitor

Otra forma de evitar que esto ocurra es fijar los períodos vacacionales desde el primer momento. Por ejemplo, los años pares los niños pasan el mes de julio con un progenitor, y los años impares con el otro.

El régimen de visitas

A fin de dar mayor libertad de movimiento al progenitor que tiene consigo a sus hijos durante las vacaciones, para el otro queda suspendido el régimen de visitas durante ese tiempo. Incluso aunque los niños estén en la misma localidad que el padre o la madre que no los tiene consigo en ese momento. 

Si el niño o niña cumple años durante el período estival, el progenitor que no esté pasando las vacaciones con él puede desplazarse al lugar en el que se encuentre para pasar el día juntos.

Las vacaciones con divorcio pueden ser algo muy sencillo o muy complicado. Todo depende de la buena voluntad de los progenitores y de cómo de bien hayan regulado esta situación en su acuerdo de divorcio. ¿Está pasando por una situación de este tipo? Podemos ayudarle a resolver su separación de la mejor forma posible.

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